El piloto MAPFRE Aspar completa las veinte vueltas de la prueba inglesa, y navega firmemente sobre una pista encharcada, para conseguir la undécima posición
Este mediodía, justo antes de la carrera de MotoGP del Gran Premio de Gran Bretaña, el Circuito de Silverstone era más una piscina que una superficie sobre la que pilotar. Bajo la lluvia se formaba la parrilla, y los quince hombres de MotoGP (sin contar a Pedrosa y Crutchlow, ausentes por lesión) se preparaban para una carrera gélida y dura. Lorenzo tomaba el mando con una buena salida, pero la lógica le daba a Stoner el peso de la prueba en la segunda vuelta, y el australiano extendía su dominio de los entrenamientos, para protagonizar otra monótona carrera de MotoGP, en la que prácticamente no han variado las posiciones iniciales. Parecía que la contienda entre Lorenzo, Simoncelli y Dovizioso, por el segundo cajón del podio, aportaría algo de interés al acto, pero los dos primeros terminaban por irse al suelo, dejando solo a Dovizioso, y rompiendo definitivamente la carrera. Así las cosas, sólo han concluido trece hombres de los quince que tomaban la salida.
Poco menos que una proeza ha conseguido el piloto MAPFRE Aspar, Héctor Barberá, hoy en Silverstone. No tanto por su resultado, undécimo, sino por las condiciones de la prueba inglesa, y por completar las veinte vueltas de una pieza. Independientemente del agua, que ha sido un hándicap insalvable y generalizado, Héctor había probado una novedad muy arriesgada en la puesta a punto de ciclística de su montura. Desafortunadamente, al poco de comenzar la prueba se ha dado cuenta de su decisión errónea, y le ha tocado sufrir para mantener su moto en pie. Con la horquilla delantera demasiado blanda, la dirección se le cerraba en cada ángulo, por eso se ha visto obligado a imponer la cautela para llegar hasta la meta.
11º Héctor Barberá: "Esta carrera ha sido bastante complicada para mí. De ayer a esta mañana trabajamos mucho con las suspensiones, hicimos la moto más blanda, y creo que nos pasamos. La horquilla me hacía tope casi en cada frenada. Al inicio de la prueba era difícil pilotar con el depósito lleno, notaba que la dirección se me cerraba en cada curva. Si hubiese sido un entrenamiento, después de la primera vuelta hubiera entrado en boxes para cambiar la configuración. Tanto ayer como hoy buscamos un reglaje de suspensiones más blando, pensábamos que así mejoraríamos, pero desde luego no lo hemos conseguido. Nos hemos arriesgado y a veces estas cosas pasan. Estoy disgustado porque estaba convencido de que podíamos lograr un buen resultado. Ahora no hay tiempo para lamentaciones porque en dos semanas vamos a Holanda, habrá que trabajar mucho para enderezar esta situación, y quitarnos el mal sabor de boca".
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