FREDDIE SPENCER


Esta leyenda del motociclismo nació y empezó su andadura en el mundillo de las dos ruedas en Shevenport – Lousiana (Estados Unidos) el 20 de diciembre de 1961 Feddie Spencer fue un “niño prodigio” desde su más tierna infancia. Ya a la corta edad de 4 años corría Dirt Track cerca de Shevenport, su localidad natal. Con solo 17 años se proclama campeón Nacional en USA en la categoría de 250cc.

 

Inmediatamente, Honda USA le ficha para su equipo de SBK. Ya en el año 1980, con 19 años, deja a todo el mundo boquiabierto al ganar dos mangas de un prestigioso encuentro transatlántico, USA-GBR, batiendo, nada más y nada menos, que a un tal Kenny Roberts y a otro “desconocido”, Barry Sheene.

 

1981 es un año de transición para Spencer ya que alterna su presencia en el AMA SBK, con el desarrollo de una moto mítica, aunque maldita, como fue la NR500 de pistones ovales. Más conocida por Never Ready (nunca lista), montura que fue todo un derroche tecnológico por parte de Honda, aunque nunca obtuvo resultados destacados.

 

Llega 1982: Honda decide que se olvide de la NR y comience a luchar con la NS500 tricilindrica, una moto que sería clave de sus éxitos y en los de la firma Nipona. Dos victorias y cuatro podios en total hacen ver que Spencer será un rival temible para los “jefes” de la categoría como eran ya Roberts, Sheene, etc.

 

Y en 1983, a la temprana edad de 21 años, con seis victorias y sólo dos “fallos”, un cuarto en Alemania y un cero en la carrera de Austria, lucha a cuchillo por el campeonato con el gran Kenny Roberts. La antepenúltima cita en Suecia fue la clave para el devenir de la temporada e hizo inútil la victoria de Kenny en la última prueba de aquel año, San Marino.

 

Así, Freddie “Fast” Spencer, su Honda NS500 y su estilo fino, elegante y endiabladamente rápido, se proclamaban Campeones del Mundo de 500cc.

 

No solo eso, sino que además, consiguió coronarse como el campeón más joven de la historia en la categoría reina, sucediendo de esta forma a otro auténtico mito de las dos ruedas: el Gran Mike Hailwood “The Bike”.

En 1984 Honda desarrolla una nueva NSR500 con motor V4, configuración que ha sido desde entonces señal de identidad del gigante de Hamamtsu, y alternó sus apariciones con la NS500 tricilíndrica que le llevó a la victoria en el 83. Varios incidentes mecánicos con la tetracilíndrica, sumdo a algunas lesiones fruto de sus caídas, lo relevaron a un 4º puesto en la clasificación Mundial de aquel año, que ganó otro mito de los 500cc, Eddie Lawson.

 

Llegó la temporada de 1985 y Spencer tenía ante sí un reto enorme, conseguir hacer doblete en el cuarto de litro y en el medio litro con su escuadra, la archiconocida HRC, Rothmans y su técnico “estrella”, Erv Kanemoto, persona clave en todos los éxitos de Spencer y, en general, de Honda en su devenir en el Mundial de Motociclismo.

 

Y el piloto americano no defraudó, consiguiendo a lo grande ganar la Daytona 200 en tres categorías el mismo año, siendo el único piloto en conseguirlo. En el Mundial consiguió el doblete con unos números increíbles: siete victorias en cada una de las categorías. A estas alturas de su carrera, el límite era el cielo, y Spencer ya era considerado, por méritos propios, una de las estrellas más brillantes que habían surgido jamás en el Campeonato del Mundo.

 

No obstante, y como pasó más adelante a otros grandes campeones, como Kevin Schwantz, o Álex Crivillé, su propia presión por ir más allá de los límites en busca siempre del “más difícil todavía”, y la agotadora temporada de 1985, con una tremenda demanda de todos sus recursos, tantos técnicos como físicos, hicieron que Spencer acusara de forma muy severa lo que algunos especialistas denominan “stress competitivo”, causante de sus caídas posteriores y una pérdida de confianza en sus propias capacidades, que hicieron que nunca más consiga una victoria en el Mundial.

Freddie se retiraría del Mundial en 1988, aunque protagonizó dos frustrados retornos, en 1989 y 1993. En los años noventa, volvió a disputar el AMA Superbikes, con tres victorias parciales, quedando octavo en el 91, séptimo en el 92 y tomando parte también a finales del año 1995 del mundial de Superbikes con Ducati.

 

No obstante, no había ni rastro, en su pilotaje ni en sus resultados, de aquel talento precoz que asombró a todo el mundial y que hace que todavía se le considere uno de los pilotos más grandes de la era moderna.

 

Siempre presente en la memoria de todos los aficionados el Gran Fast Freddie junto a su Honda Rothmans.

 

Por Silvia Moreira

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