Laia Sanz: “Este año me siento más madura y motivada que nunca”


La piloto Laia Sanz del equipo KH-7 afrontará la próxima temporada su cuarta participación en el Rally Dakar, en el que espera plantar cara a todos los hombres que competirán con ella por la primera posición.

 

Laia, 13 veces campeona del mundo de Trial y 2 de Enduro, concedió una entreista en la que explicó sus sensaciones y sus nuevas expectativas de cara a la próxima prueba que tendrá lugar entre el 5 y 18 de Enero en Argentina, Bolivia y Chile.

 

- ¿Cuál es tu reto personal para este Dakar 2014?

Lo primero es acabar, que nunca es fácil. Después de terminar dos veces la 39ª y tras los buenos resultados parciales del año pasado hasta que se rompió el motor, creo que el objetivo debe ser mejorar. Me gustaría acabar entre los 30 primeros.

 

-El año pasado terminaste 12ª en la octava etapa. ¿Dónde está tu límite?

Siempre me marco objetivos muy ambiciosos y la gente parece que ya no se sorprende de nada de lo que hago, pero la verdad es que nunca hubiera imaginado un resultado así y ya adelanto que será difícil de repetir. Más que hacer una súper etapa, lo más importante en este tipo de competiciones tan largas es ser muy regular, no cometer grandes errores y estar siempre entre los 30-40 primeros, lo que seguro que te lleva a obtener un buen resultado final.

 

-¿Qué es lo más difícil de esta prueba?

No es una única cosa, sino muchas. Lo primero que es una carrera muy dura, que te obliga a estar muchas horas encima de la moto, durante muchísimos días y sin apenas tiempo para descansar. Los kilómetros y el cansancio se van acumulando y eso al final pasa factura. Apenas tienes tiempo para desconectar y la navegación también es complicada. Por eso es tan importante contar con una moto fiable que no de problemas y que te permita ser regular cada día.

 

-Una regularidad que no es nada fácil de conseguir según pudiste comprobar la anterior edición.

El año pasado estaba haciendo un Dakar increíble, con etapas muy buenas que ni yo misma esperaba porque habíamos tenido poco tiempo para preparar la moto. Sin problemas mecánicos hubiera podido acabar en un muy buen resultado, pero eso es fácil decirlo ahora y realmente lo que cuenta es el final. Espero que esta vez salgan bien las cosas del primer al último día.

 

-¿A qué puede aspirar una mujer en el Dakar?

En 2001 ya ganó Jutta Kleinschmidt en coches, aunque en motos el físico importa mucho más. Ojalá algún día una mujer pueda ganar el Dakar sobre dos ruedas. Pero, nos guste o no, hay una diferencia física entre hombres y mujeres y eso condiciona. Una mujer bien preparada puede estar adelante y ser competitiva, aunque de eso a ganar me parece muy complicado hoy por hoy.

 

-El año pasado, tus imágenes llorando en plena noche tras llegar exhausta al campamento, emocionaron a mucha gente. ¿Cómo recuerdas aquellos momentos?

Ahora parece una batallita más que contar, pero en ese momento fue una experiencia muy amarga, un día horrible para olvidar. Mi primera sensación fue de enfado y rabia porque era consciente de que por culpa de una avería se esfumaba un buen resultado y todo el trabajo de los últimos meses. Superado el disgusto en caliente, decidí cambiar de objetivo y me propuse que debía acabar ese Dakar como fuera. Reconozco que llegué a pensar en que quizá no valía la pena seguir adelante. Fueron días de mucho sufrimiento hasta que por fin conseguí descansar y recuperar fuerzas para volver a hacer buenos resultados, aunque por desgracia ya sin opciones de acabar bien en la general.

 

-¿El 2013 ha sido uno de los años más complicados en la brillante carrera de Laia Sainz?

No ha sido fácil, la verdad. Al principio de temporada tomé la decisión drástica de dejar mi anterior equipo y correr de forma privada, con todo lo que ello conlleva. Ha sido un año complicado pero diferente, en el que he aprendido mucho. Todas esas experiencias, buenas o malas, me han ayudado a madurar y a sacar cosas positivas.

 

-¿En qué condiciones llegas a este Dakar?

Contenta después de un año duro y con muchas ganas por la nueva moto. Espero hacer un buen resultado para compensar el extraño sabor de boca que me quedó la pasada edición. Llevo la mejor moto que he pilotado nunca y eso seguro que se va a notar. Al disputar tantas carreras durante la temporada he tenido muy poco tiempo para preparar esta prueba, pero con mi motivación, la experiencia acumulada y la moto confío en hacer un buen Dakar.

 

-¿Disponer de una de las mejores motos del Dakar representa tener mayor presión?

Un poco sí, porque somos muy pocos los afortunados que pilotaremos esta Honda HRC e intentaré hacerlo lo mejor posible. Más que presión, contar con una máquina tan competitiva significa una motivación más.

 

-¿Cómo intuyes que será esta edición?

Será más técnica que la anterior y tendré que estar muy atenta desde el principio para no cometer el error de correr demasiado los primeros días, en los que todo el mundo querrá estar adelante. Si hay etapas en las que nos separan de los coches es porque serán muy técnicas. Habrá que cuidar la moto en las dos jornadas maratón programadas. También será muy importante saber dosificar las fuerzas porque creo que va a ser un Dakar muy físico.

 

-¿KH-7 y Honda forman un binomio para el éxito?

Estoy convencida de ello. Me siento muy agradecida a KH-7 especialmente este año porque me han tratado como una familia. Éste será mi cuarto Dakar y ellos llevan apoyándome desde el primero. Sin ellos no estaría aquí ahora y me siento muy agradecida. Con Honda también he estado muchos años y ahora estoy muy contenta de volver a pilotar una moto suya, especialmente la CRF450 RALLY que va tan bien.

 

Redacción: Vivian Salguero

Fotografía: de distribución libre

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