Los pilotos de Supersport, protagonistas del jueves en Donington Park

La diversión ha sido la principal protagonista de la jornada del jueves en el Campeonato del Mundo eni FIM Superbike, que se celebra este fin de semana en el circuito de Donington Park. El evento del jueves en la quinta carrera de la temporada ha contado con una selección de pilotos británicos e irlandeses participando en una hilarante competición consistente en tres desafíos –la batalla del péndulo, las peleas de pingüinos y la guerra de la espuma-. Finalmente, de los ocho pilotos presentes sólo seis tomaban parte activamente en los juegos, ya que ni Leon Camier ni Leon Haslam se encuentran en plena forma física por sus recientes lesiones.
 

De esta forma, los participantes se dividían en tres parejas: Tom Sykes (Kawasaki Racing Team) y el líder de la clasificación de Supersport, Sam Lowes (Yakhnich Motorsport Yamaha), formaban una de ellas, mientras que el piloto de Aprilia Eugene Laverty hacía lo mismo con uno de los hombres de BMW, Chaz Davies. Por último, Jack Kennedy (Rivamoto Honda) y Christian Iddon (ParkinGo MV Agusta Corse) componían el tercer equipo.

La batalla del péndulo mantenía a los pilotos en equilibrio sobre una plataforma giratoria mientras intentaban esquivar un péndulo lanzado por los equipos rivales. La pareja ganadora sería la de Kennedy e Iddon, que se las arreglaban para sobrevivir sobre la plataforma.

El siguiente reto llevaba a los pilotos a subirse a un cuadrilátero ataviados con trajes de pingüino para demostrar su habilidad en el combate. Las dos peleas finales eran vencidas por Iddon y Sykes, éste último sorprendiendo a todos con sus movimientos poco ortodoxos para doblegar a su correoso oponente, Chaz Davies.
 

Sin embargo, el piloto galés tendría ocasión de vengarse en la prueba final frente a Eugene Laverty, ambos enfrascados en una batalla contra el cronómetro para extraer el mayor número posible de calcetines sucios de una descomunal lavadora hinchable y llena de espuma. Para delirio del público Sam Lowes se tomaba muy en serio su misión, lanzándose al desafío vestido únicamente con ropa interior.  
 

Tras el cómputo final de los resultados en cada prueba Christian Iddon y Jack Kennedy se proclamaban vencedores, recibiendo como premio una botella de vino espumoso Prosecco. También se elegía al mejor participante entre el público, resolviéndose esta cuestión con el empate entre Tom Sykes y Sam Lowes.

 

Redacción: Dpto. Prensa WSBK

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